viernes, 3 de febrero de 2017

El recreo escolar

El recreo escolar: tiempo de jugar para aprender

La importancia de los descansos y de la actividad física y al aire libre en la educación de los niños

El recreo escolar: tiempo de jugar para aprender

Los recreos escolares promueven el juego, la sociabilidad y la actividad física de los niños y disminuyen sus probabilidades de obesidad.
FOTO: SHUTTERSTOCK
El refrán popular encierra una verdad que ha sido confirmada por numerosos estudios académicos: el juego y el tiempo de ocio son fundamentales en el desarrollo tanto de niños como de adultos. Sin embargo, y a pesar de los tantos estudios confirmando la teoría, escuelas alrededor del país siguen reemplazando el tiempo de recreo por más horas de instrucción.
Según el informe Bridging the Gap, del Centro de Control y Prevención de Enfermedades, el 60% de los distritos escolares de EEUU no tiene requisitos específicos en cuanto a tiempo diario al aire libre.
El informe nacional, publicado en junio de este año, encontró que sólo el 22% de los distritos escolares tiene mandatos establecidos en cuanto a recreos diarios, y de estos, menos de la mitad requieren un tiempo libre mínimo de 20 minutos diarios. Menos del 7% de los distritos de todo el país requieren que los niños realicen algún tipo de actividad física durante el horario escolar.
El tiempo dedicado a los recreos es aún menor en distritos escolares urbanos y de bajos recursos socioeconómicos.
Un reporte realizado por los doctores Catherine Ramstetter y Robert Murray para la Academia Americana de Pediatría enumera los beneficios que ofrece el tiempo de recreo en las escuelas.
Estos son algunos de ellos:
* Los recreos representan un respiro necesario en la actividad cognitiva de los niños, no sólo porque ofrecen descanso, sino también tiempo para imaginar, crear, pensar y moverse.
* Después del recreo, los niños se concentran y aprenden con más facilidad.
* Durante el tiempo libre, los niños desarrollan habilidades sociales y de comunicación. En su tiempo libre, el niño aprende a cooperar, compartir, negociar y resolver conflictos con sus pares, situaciones que no se presentan durante las horas de clase.
* Los niños que salen a jugar entre clase y clase son más activos físicamente, y presentan menores índices de obesidad.
¿Qué pueden hacer los padres para mejorar las condiciones educativas en la escuela de sus hijos?
La primera herramienta para introducir cambios de todo tipo siempre es informarse sobre la situación. Pregúntale a la maestra o al director de la escuela de tus hijos, cuál es la política que tienen en cuanto a recreos y actividad física. Habla con las personas que trabajan en la oficina de la escuela, y con otros padres, ya sea para recabar información, o para buscar una alianza con otros que también sienten como tú.
La segunda herramienta para la resolución de problemas es la participación. Atiende a las reuniones de la escuela, postúlate como miembro de la junta escolar, u ofrece tu tiempo como voluntaria.
Ejerce tus derechos. Escribe una carta a tu representante en el congreso expresando tu preocupación por la falta de recreos y actividad física en la escuela de los niños.
Provee a tu hijo tiempo para jugar al aire libre y realizar actividades físicas después de la escuela. Los parques de la ciudad tienen programas deportivos gratuitos o a bajo precio. Coordina con otros padres que quieran armar un equipo de futbol, beisbol, o cualquier otro deporte y organicen partidos los fines de semana.

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